lunes, 19 de septiembre de 2011

LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE

Claudia Espíndola

Camilo José Cela nos presenta a través de su libro “La familia de Pascual Duarte” una obra literaria en la que se refleja marginación, pobreza, tragedia, muerte y una serie de eventos desafortunados que vive el protagonista; en la cual lo describe como…”un modelo de conductas; un modelo  no para imitarlo, sino para huirlo; un modelo ante el cual toda actitud de duda sobra; un modelo ante el que no cabe sino decir: ¿Qué es lo que hace? Pues hace lo contrario a lo que debería” (1).
Dicha obra no solo es importante por el valor de su contenido, sino porque marcó el inicio de una nueva corriente literaria llamada “tremendismo”; …al decir tremendismo hablamos de un realismo extremista, porque tiene una carga de violencia elevada, lo cual otorgaba ese realismo del que hablamos. En lo referente a los personajes, son seres que viven en un ámbito de marginación y el tremendismo produce en ellos crueldad, violencia, un sentimiento de miseria que les provoca dolor y los lleva a estar angustiados, desencadenándose desenlaces trágicos. Esta acumulación de antivalores, da como resultado, personajes animalizados. En parte, esta animalización es usada por los autores tremendistas para exagerar aspectos de la vida real, aunque también es usada para que el lector se preocupe por la situación marginal de  los mismos (2).
No cabe duda que la guerra no solo causó cambios en la economía, política, sociedad, etc...También impactó fuertemente a la literatura al hacer evidente el cambio que se muestra al comparar la literatura antes de la guerra y después de la esta, dando como resultado la novela “La familia de Pascual Duarte”, publicada en 1942, donde nos relata la vida de un hombre que nació en la pobreza, con un padre alcohólico, una madre la cual no tenía mucho afecto hacia él y una hermana que lo apoyo en todo momento.
Pascual Duarte, nos narra como en su vida nunca hubo un momento de felicidad y el decía:..,”no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquéllos gozan de un mirar sereno y el aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornárselas cornes con arrebal y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya” (3).

Estas afirmaciones nos muestran como Pascual creía que su destino estaba predestinado y que era moldeado por las situaciones que lo acontecían, mostrando cierto resentimiento hacia las personas adineradas, pues pensaba que habían sido puestas en un camino de flores y donde suponía que eran afortunados al no tener carencias y tener una vida sin complicaciones.
Al leer la vida de Pascual Duarte, te das cuenta de cómo un hombre que se deja guiar por sus impulsos, en lugar de utilizar la razón llega a cometer varios homicidios, producto del descontrol emocional sufrido por el protagonista en diferentes situaciones, que inclusive lo llevaron a matar a la persona que lo trajo al mundo.
Justificándose este en sus últimos días que después de vivir todas esas calamidades no tenía más remedio que convertirse en victimario; sin embargo en la carta de Cesáreo Martín podemos observar el resentimiento de Pascual...” antes de que se confesase ninguna vez, todo fue bien; pero en cuanto que lo hizo la primera se conoce que le entraron escrúpulos y remordimientos y quiso purgarlos con la penitencia; el caso es que los lunes, porque si habría muerto su madre, y los martes, porque si el martes habría sido el día que matara al señor Conde de Torremejía, y los miércoles, porque si había muerto no sé quién, el caso es que el desgraciado se pasaba las medias semanas voluntariamente sin probar bocado”(4).

Al concluir la obra nos podemos dar cuenta de como los hombres se dejan llevar por sus emociones, actuando como animales en vez de darse tiempo para reflexionar y así tomar mejores decisiones las cuales repercutirán en un futuro; además nos presenta la forma en la que el destino influye en los seres humanos haciéndoles creer estar marcados por las diferentes situaciones que viven, para justificar los actos cometidos, demostrándonos    “que los hombres son buenos por naturaleza pero la sociedad los corrompe”(5).







(1)JOSE CELA, Camilo, La familia de Pascual Duarte, pag.16.
(3) JOSE CELA, Camilo, La familia de Pascual Duarte, pag.25
(4) JOSE CELA, Camilo, La familia de Pascual Duarte, pag192

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